Las Líneas Directrices de la OCDE constituyen un mecanismo internacional único de responsabilidad corporativa, que cuenta con apoyo gubernamental y está dirigido a fomentar una conducta empresarial responsable en todo el mundo. Definen normas de conducta desde el punto de vista social y medioambiental y prescriben procedimientos para la resolución de conflictos entre empresas y las comunidades o individuos afectados negativamente por actividades empresariales.
En el documento denominado Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales de 2011, se establecen las recomendaciones para una conducta empresarial responsable en el contexto global, enumerando las directrices para todos los ámbitos cubiertos por este instrumento. Del mismo modo, se explican los procedimientos para la implementación de las Líneas Directrices, tales como las funciones, procesos y principios de los Puntos Nacionales de Contacto.
Este capítulo establece conceptos y principios que ponen en contexto todas las recomendaciones de los capítulos siguientes. Estos conceptos y principios son la columna vertebral de las Líneas Directrices y subrayan las ideas fundamentales detrás de las mismas.
Este capítulo es el primero que contiene recomendaciones específicas dirigidas a las empresas en forma de políticas generales, las cuales fijan el tono y establecen un marco de principios comunes para los siguientes capítulos. Incluye disposiciones importantes como la implementación de la debida diligencia, el tratamiento de los impactos negativos, la participación de las partes interesadas y otros.
Este capítulo insta a las empresas a que sean transparentes en sus actividades y respondan a las demandas públicas, cada vez más sofisticadas, de información.
Las empresas pueden tener un impacto en prácticamente todo el espectro de los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Este se basa y se ajusta al marco “Proteger, Respetar y Remediar” de las Naciones Unidas y a los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos que hacen operativo ese marco.
Este capítulo se centra en el papel que desempeñan las Líneas Directrices en promover la observancia de las normas internacionales del trabajo elaboradas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) entre las empresas multinacionales. La OIT es el órgano internacional competente para establecer y tratar las normas laborales internacionales y para promover los derechos fundamentales en el trabajo.
Este capítulo proporciona un conjunto de recomendaciones para que las empresas multinacionales mejoren su desempeño ambiental y maximicen su aporte a la protección del medio ambiente, a través de una mejor gestión interna y una mejor planificación. Refleja ampliamente los principios y objetivos contenidos en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, así como en la Agenda 21.
Este capítulo entrega recomendaciones para que las empresas multinacionales eviten cometer actos ilícitos con el fin de obtener una ventaja de forma indebida. Estas recomendaciones se basan en el extenso trabajo que la OCDE lidera a nivel mundial por crear condiciones equitativas para las empresas internacionales, a través de la lucha para eliminar el cohecho, siendo la Convención para Combatir el Cohecho en Servidores Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales la más relevante.
Este capítulo se basa en el trabajo del Comité de Política del Consumidor y el Comité de Mercados Financieros de la OCDE, así como de otras organizaciones internacionales, incluida la Cámara de Comercio Internacional, la Organización Internacional de Normalización y la ONU. Las Líneas Directrices exhortan a las empresas a que apliquen prácticas comerciales, de marketing y de publicidad justas y que garanticen la calidad y fiabilidad de los productos que ofrecen.
Este capítulo reconoce que las empresas multinacionales son el principal canal de transferencia de tecnología a través de las fronteras. Su objetivo es promover la transferencia de tecnología a los países receptores y contribuir a su capacidad de innovación.
Este capítulo se centra en la importancia de que las empresas multinacionales lleven a cabo sus actividades de manera coherente con todas las leyes y reglamentos vigentes en materia de competencia, teniendo en cuenta las legislaciones sobre competencia de todas las jurisdicciones en las que sus actividades puedan tener efectos anti-competitivos. Las empresas deben abstenerse de concluir acuerdos contrarios a la competencia, que socaven el funcionamiento eficiente de los mercados nacionales e internacionales.
Este capítulo abarca las recomendaciones tributarias fundamentales. Las Líneas Directrices son el primer instrumento internacional sobre responsabilidad corporativa que abarca las cuestiones tributarias. Este instrumento contribuye y se basa en una importante serie de trabajos sobre tributación, más específicamente el Modelo de Convenio Fiscal de la OCDE y la Convención Modelo de las Naciones Unidas sobre la Doble Tributación entre Países Desarrollados y Países en Desarrollo.
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