La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) es un organismo especializado perteneciente a las Naciones Unidas. Su misión es llevar la iniciativa en el desarrollo de un sistema internacional de P.I. equilibrado y eficaz, que permita la innovación y la creatividad en beneficio de todos.
Este organismo se creó el año 1967 y tiene su sede principal en Ginebra, Suiza. A febrero 2014 contaba con 186 Estados miembros. Administra 26 tratados de PI.
Su Director General es Francis Gurry, quien ocupa el cargo desde el año 2008 oportunidad en la que resultó electo para dirigir la organización en su primer periodo entre los años 2008 a 2014. Actualmente, se encuentra ejerciendo su segundo periodo luego de su reelección el 6 de marzo de 2014 para el periodo 2014 a 2020 y que dicha decisión fuera confirmada por la Asamblea General celebrada el 8 de mayo de 2014. Anteriormente se desempeñó como Director General Adjunto del organismo, encargado de las patentes y el sistema del PCT, el Centro de Arbitraje y Mediación, los conocimientos tradicionales, las expresiones culturales tradicionales y los recursos genéticos.
Los objetivos y lineamientos estratégicos de la OMPI evolucionan según las necesidades de los Estados Miembros. Estos son definidos por los países miembros tanto a través del trabajo de los Comités permanentes y, especialmente, a través del presupuesto que se aprueba cada dos años. Su objetivo principal es desarrollar un sistema de propiedad intelectual internacional que sea equilibrado, accesible y recompense la creatividad, estimule la innovación y contribuya al desarrollo económico, salvaguardando a la vez el interés público.
Dentro de las funciones de OMPI podemos encontrar:
Su ámbito de actuación engloba tanto las cuestiones de propiedad intelectual; derechos de autor y sus derechos conexos, como las de propiedad industrial; entre las que se cuentan el derecho de marcas y otros signos distintivos y el derecho de patentes; así como los recursos genéticos los conocimientos tradicionales y las expresiones culturales tradicionales; y la implementación de la agenda para el desarrollo
La OMPI administra 26 tratados en que se establecen los derechos y obligaciones convenidos internacionalmente, y normas comunes para la protección de los derechos de propiedad intelectual, al tiempo que se vela por el mantenimiento de un equilibrio con el interés público general.
Durante el año 2012 se aprobó el tratado de Beijing por el cual se hace posible incorporar a los artistas intérpretes o ejecutantes de obras audiovisuales al sistema internacional de la propiedad intelectual, dando mayor firmeza a los derechos patrimoniales y morales de los artistas intérpretes o ejecutantes.
En línea con mantener un equilibrio con el interés público general, en 2013, se aprobó un tratado que facilita el acceso de personas con discapacidad visual a información protegida por derechos de autor en formatos adaptados especialmente para sus necesidades.
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