Las perspectivas económicas mundiales siguen siendo afectadas por la guerra entre Ucrania y Rusia que ha tenido un impacto en el comercio y en el precio de las materias primas, entre otros factores. A su vez, la mayor inflación junto con las políticas fiscales y monetarias contractivas de las principales economías del mundo y una desaceleración marcada de la actividad económica de China siguen añadiendo un mayor grado de incertidumbre en la economía global, ralentizando aún más la recuperación.